La Ley ómnibus tiene como objetivo corregir una injusticia arraigada en la industria tabacalera que ya lleva varios años. Hace unas semanas atrás, han salido a la luz desequilibrios significativos en este sector, afectando no solo la competencia en el mercado, sino también repercutiendo en la recaudación fiscal y, de manera crucial, en la salud pública.
Desde 2018, la empresa tabacalera Sarandí ha obtenido medidas cautelares judiciales para eludir el pago del impuesto interno mínimo, optando por tributar únicamente el componente variable (ad valorem del 70%). Este enfoque, basado en un porcentaje del precio sin un mínimo fijo actualizable por IPC, les ha permitido, mediante la venta de productos de menor costo, elevar su participación en el mercado del 3% en 2015 al 39% en el primer semestre de 2023.
Es por eso que desde Sarandí están tan interesados en que se mantenga esa prebenda que las medidas cautelares dejan subsistir. Así creció el imperio Sarandí, llegando a 40% del mercado desde casi la nada misma y aumentan la venta exponencialmente.
Lo que no dicen es que ese privilegio perjudica al resto de pequeños productores tabacaleros porque a las provincias productoras no les llega coparticipado ese fondo especifico.
Así, como bien dicen, es una absoluta competencia desleal por eludir el impuesto. Recuerdo que en su momento Mauricio Macri quiso arreglar eso y fue ahí cuando se armó el quilombo para que la justicia los proteja y no paguen.
Lamentablemente existen varios casos de productores perjudicados por esa competencia desleal. Están haciendo fuerte lobby para sacar de la ley ómnibus el artículo que beneficia a las pymes productoras, poniendo en igualdad tributaria todo a las empresas del sector. El tema es que Sarandí no acepta competir dentro del sector y quiere mantener su prebenda
En la actualidad, se están debatiendo modificaciones para esta industria en el proyecto de ley ómnibus presentado por el gobierno al Congreso. Estas enmiendas buscan restablecer el equilibrio en la competencia y poner fin a la situación privilegiada de una única empresa, que está enfrascada en una firme resistencia. Los pasillos del Congreso están cargados de especulaciones, y la atención se centra en los legisladores que defienden el status quo imperante.
Ahora con Javier Milei como presidente de la Nación, no quieren competir y buscan seguir gozando los beneficios millonarios, sin embargo llegó el momento de terminar con los privilegios que disfrutan.
Inmoral lo de esa tabacalera K. Es un Tierra del Fuego del tabaco. Tongo paquidérmico. Un gobierno pro mercado no debería permitir que estos empresaurios sigan currando así. Sería muy negativo que el gobierno acepte poner un precio mínimo (como pide la empresa). Libre mercado. https://t.co/9iPKzMifc4
— Alejandro Bongiovanni (@alejobongio) January 18, 2024
