Miguel Velarde es economista recibido en la Universidad de Suffolk en Boston, diplomado en la Universidad de Harvard en Negociación, con Máster en Gerencia Pública de la escuela de negocios IESA y un MBA en la Universidad Di Tella. Actualmente es Codirector de la consultora Speaker´s Corner que se acaba de instalar en Argentina.
También es permanentemente consultado por medios internacionales por otro tema: su experiencia en la campaña de Marina Corina Machado en Venezuela, en donde fue uno de los coordinadores del partido Vente Venezuela, que incomodó al chavismo y movilizó a la ciudadanía.
Hoy lo entrevistamos en Política Independiente para analizar la situación en Argentina, sus similitudes con Venezuela y el estado general de la región.
– ¿Qué similitudes encuentra entre la situación de Venezuela con respecto a la oposición y las posturas dialoguistas?
Si bien Argentina y Venezuela tienen características diferentes que hacen imposible imaginar una réplica exacta del modelo chavista en este país (la variable militar en lo político, por ejemplo, o la petrolera en lo económico) existen también algunas similitudes que no se pueden ignorar.
Entre éstas, encontramos el rol de un sector de la oposición que, con posturas tibias, termina haciéndole un favor al oficialismo. Lo vimos en innumerable cantidad de veces en Venezuela, en los momentos en los que más fuerte estaba la oposición, con mayor apoyo popular e incluso con cientos de miles de venezolanos en las calles exigiendo el retorno de la libertad y la democracia en su país.
Justo ahí, se establecían mesas de diálogo en las que participaban el régimen chavista y un sector de la oposición, no toda. Procesos que siempre terminaron igual: dándole tiempo y oxígeno a un gobierno que estaba de salida.
Si bien en Argentina la situación no llegó a un extremo igual, se puede ver también que existe una diferencia de posturas y visiones en la oposición. Acá los llaman “halcones” y “palomas”, pero básicamente marcan la misma diferencia que se vio en Venezuela y dividen a las fuerzas opositoras entre los que son funcionales al oficialismo, y los que lo enfrentan de manera decidida.
En Venezuela, hoy no se explican 21 años de chavismo sin la existencia de una oposición tibia que le ha sido sin duda muy útil.
– ¿Cómo fue la experiencia de Capriles?
Capriles es uno de los exponentes más conocidos de esto que conversamos. No solo en los procesos de diálogo, en los que participó la mayoría de las veces personalmente, sino incluso en las elecciones presidenciales de 2013, cuando se enfrentó a Maduro luego de la muerte de Chávez.
En éstas, el ganador fue Capriles (dicho por él mismo unos meses después), pero se negó a luchar para cobrar su victoria. Desde ese momento en adelante, se convirtió en un factor clave para apaciguar a los millones de venezolanos que protestaban contra el régimen chavista. Creo que hoy ya es evidente para la mayoría el rol que jugó Capriles estos años en Venezuela y lo útil que fue para el oficialismo, sin embargo, en ese momento, eran muchos los que lo apoyaban y creían en él.
– ¿Qué análisis hace de la política electoral en términos regionales?
Yo considero que no estamos viviendo una época de cambio, sino un cambio de época en relación a lo electoral en la región.
Vemos, por un lado, el surgimiento de liderazgos “outsiders” que están rompiendo los esquemas de la política tradicional. Varios de ellos incluso han llegado a la Presidencia.
Lo que en algún momento fue considerado como “sorpresivo” en política, ahora podría considerarse hasta normal. Los “rompe-moldes” exitosos son un fenómeno cada vez más común: Donald Trump en Estados Unidos, Jair Bolsonaro en Brasil, Nayib Bukele en El Salvador, Pedro Castillo en Perú y Gabriel Boric en Chile son solo algunos ejemplos exitosos.
Yo creo que ahora ya nadie duda si esto volverá a ocurrir en algún otro país, la pregunta que hoy nos hacemos es cuál será el próximo.
También uno ve con preocupación que los partidos políticos tradicionales están en crisis en la región. No solo por el surgimiento de estos líderes “outsiders” que rompen los esquemas establecidos, sino también porque les cuesta mucho modernizarse: en su discurso, en su contenido y hasta en su imagen.
Muchos políticos tradicionales crees que por quitarse la corbata o bailar en TikTok modernizan sus campañas o sus gestiones y no se dan cuenta que no tiene nada que ver con eso.
La modernidad en la comunicación tiene mucho más que ver con qué se dice que en cómo se dice. Porque, además, la gente se da cuenta cuando algo es o no auténtico.
– ¿Cómo ve el resurgimiento del liberalismo en Argentina y en la región y el contraste con el populismo?
Creo que lo que está ocurriendo con el surgimiento del liberalismo en varios países de la región es muy interesante. Primero, porque es la reacción natural al fracaso de años de gobiernos socialistas, centralistas y estatistas que han llevado a la mayoría de nuestros países a las crisis en las que hoy se encuentran.
Segundo, porque son ideas que los jóvenes, más informados y conectados que nunca gracias a las nuevas tecnologías, están abrazando de manera acelerada.
Te comento estas dos variables porque creo que juntas explican lo que está ocurriendo con las ideas de la libertad en la región. Un factor externo, que es el desgaste por el fracaso de las otras ideas, y un factor interno, que se explica por el perfil de nuestras sociedades, sobre todo el de los “millennials” y “centennials”.
Ahora, el gran reto que enfrenta el liberalismo es no quedar solo como una buena idea que no pudo ser implementada o que es solo buena en papel.
Para eso, es muy importante que su paso de lo intelectual y académico a lo político (que es, al final, la herramienta más efectiva para su implementación) se haga de manera ordenada y responsable.
Un ejemplo de esto lo vemos en Venezuela, donde, a pesar de tener un contexto tan complejo y desfavorable, un liderazgo como el de María Corina Machado y el trabajo de su partido Vente hace años vienen llevando las ideas de la libertad a cada rincón del país y se han convertido en una de las fuerzas políticas más importantes de ese país.
Otro, por supuesto, es el de Javier Milei en Argentina, donde su figura ha crecido de manera exponencial en poco tiempo y ahora tiene el reto de construir una organización.
Yo pienso que todavía es temprano en este proceso del movimiento liberal en la región y que más pronto que tarde veremos nuevas expresiones y liderazgos importantes en la mayoría de nuestros países.
¿Qué análisis hace de la consultoría política y por qué eligió la Argentina?
Muchas veces uno escucha que “hay que profesionalizar” a la política, que quienes se dediquen a ella y busquen representar a los ciudadanos deben ser personas capaces para asumir las responsabilidades para las que se postulan.
Eso mismo ocurre con la consultoría política. Nosotros en Speaker´s Corner Consultora creemos que esta actividad no solo tiene que mejorar su nivel en la región, sino que debe modernizarse y adaptarse a los rápidos cambios que se están dando en el mundo.
Es por eso que con socios y asociados de gran trayectoria y de diferentes perfiles en Argentina y Venezuela, decidimos establecer una consultora que, además de los servicios y productos tradicionales como planificación estratégica, discurso, manejo de crisis, entre otros, también trabajamos desde un enfoque absolutamente moderno y complementario como el análisis de entorno para corporaciones, desarrollo de imagen, posicionamiento en social media y todo lo relacionado a las más nuevas tecnologías y tendencias, como blockchain, criptomonedas, DeFi, NFT´s y metaverso.
De nuevo, si tuviera que resumir en dos nuestros principales objetivos en la empresa, te diría que son profesionalizar y modernizar el trabajo de consultoría política, con el uso de las herramientas y las estrategias más innovadoras en el mercado.
Por eso elegimos a Argentina como sede principal, porque es sin duda un país que está a la vanguardia de la política y la tecnología.
– ¿Qué incidencia está teniendo la tecnología en las campañas electorales?
La tecnología ya no es solo fundamental en una campaña electoral, hoy podríamos decir que la tecnología es la campaña electoral.
Las nuevas herramientas, sobre todo las de comunicación, han cambiado totalmente la manera de pensar, desarrollar, ejecutar y entregar el mensaje.
Además, los tiempos se han reducido en todo sentido. Algo que es noticia hoy, mañana deja de serlo, no porque haya perdido importancia, sino porque hay algo más que cobra relevancia.
Es por eso que las campañas tienen ahora una velocidad nunca antes vista, y la única manera de poder mantener el ritmo es con el uso efectivo y creativo de las nuevas tecnologías.
Vuelvo un poco a lo que dije anteriormente, tener una campaña o una gestión moderna no es solamente abrir una cuenta de Instagram o TikTok, sino saber cómo, cuándo y para qué usarla.
Para esto, como te comentaba antes, el gran reto que desde hace tiempo tiene la política es profesionalizarse. Las nuevas tecnologías y la modernización de la política no solo lo ha hecho más importante, sino también ahora imprescindible.
A continuación te dejamos un video de una entrevista realizada por “Entrevistados” donde podes conocer mas de este Economista: